martes, 15 de febrero de 2011

No lo puedo evitar...

Tampoco es que quiera evitarlo... Simplemente estoy feliz. Las cosas van saliendo muy bien, en todos los aspectos.

Estoy en uno de esos momentos en que se encuentra respuesta a interrogantes que hay estado de alguna manera en la cabeza y que finalmente responden la pregunta: "para qué me han pasado ciertas cosas?".

Afortunadamente, como ya lo habrán leído algunos que me regalan sus minutos de vez en cuando y a quienes espero no haber defraudado cuando me leen, considero que el tiempo ha sido uno de mis mejores, sino el mejor de todos mis consejeros y un gran amigo. Una vez más, me lo demuestra y la paciencia que a punta de leñazos he ido adquiriendo, me confirma que no he estado del todo equivocado y que al seguir mi corazón y mi instinto, he venido caminando en la dirección correcta.

No se equivoquen, no crean que no he cometido una o mil estupideces en la vida... He cometido más de las que puedo contar y más también de las que me hubiera gustado, pero cada una de ellas me ha permitido llegar a un momento de tanta paz interior y tranquilidad de que ahí voy, caminando, despacito pero con buena letra, hacia el puerto que busco y consciente también de que ese puerto no es estático, sino que se encuentra permanentemente en movimiento, así que requerirá de constante adaptación de parte mía.

En todo caso, estoy feliz y eso es lo que al final de cuentas quería contarles hoy.

No hay comentarios:

Publicar un comentario