miércoles, 26 de enero de 2011

Etica en el Trabajo

Quiero empezar esta nota por aclarar que estoy leeeeeejos de ser una autoridad para hablar acerca de estos temas, sin embargo, hay algunas cosas que si han sido importantes en mi desarrollo como profesional, en ya más de los 20 años que tengo de estar trabajando.

A mi papá le debo muchas cosas, y entre ellas es el valor del trabajo y de la responsabilidad. Recuerdo que durante algunos años incluso llegue a renegar que mi papá no fue la persona más cercana a mi en mi época de adolescencia; sin embargo, ahora que han pasado los años soy capaz de reconocer todo el esfuerzo que siempre hizo, y aún hace mi papá por darnos a mi hermana y a mi, un extraordinario ejemplo de tenacidad, disciplina y trabajo arduo.

Cuando hablamos de trabajo, pocas cosas valen tanto como nuestro nombre como profesionales. Un título universitario o un traje muy elegante no sustituyen el valor del trabajo fuerte, realizado a conciencia, sabiendo y reconociendo que en la medida en que nosotros seamos responsables con nuestros compromisos, seremos capaces de aportar al desarrollo de las organizaciones de las que nos encontremos siendo parte, o propietarios si es el caso.

Asumir retos es de valientes. No ser conformistas, querer obtener mejores resultados y aportar al objetivo de mi equipo de trabajo es fundamental. No logro entender cómo existe gente capaz de ir a trabajar a un sitio y no pretender crecer, en responsabilidad, en inherencia en la toma de decisiones, en madurez, en carácter? y simplemente terminar convirtiéndose en un empleado de 8 a 5 y de lunes a viernes. Uno más del montón.

Procuro ser un jefe que quienes trabajan conmigo admiran por su trabajo honesto y a quién le tienen confianza para buscar juntos el bienestar del equipo. Ciertamente, en esta o cualquier posición de jefatura muchas veces seremos "los malos de la película", pero eso es normal y viene con la posición; ni modo, a veces nos toca tomar decisiones impopulares, pero siempre buscando el fin último de alcanzar los objetivos trazados, y teniendo claro que definitivamente NO, el fin NO justifica los medios.

Reconozco que me falta mucho para ser el líder que quiero ser para mi equipo de trabajo, sin embargo, intento mejorar un poquito cada día, y al menos una o dos veces durante el día, detenerme a pensar y analizar en cómo estoy aportando al desarrollo de cada uno de estos compañeros de trabajo, tanto a nivel profesional como personal.

Papi, si vas a leer esto quiero darte las gracias por el ejemplo que nos has dado y nos seguís dando (y hablo también por mi hermana) cada día. Estoy plenamente convencido de que ese es uno de los legados más importantes que nos pudiste haber dejado, enseñarnos a forjarnos un buen nombre como profesionales, que aunque hayamos cometido errores, jamás han sido malintencionados o buscando nuestro bienestar por encima del bienestar general.

No hay comentarios:

Publicar un comentario